No hay nada más infantil que salir enojado de una habitación. Me refiero a todo el espectáculo, la trompa, el agarrar las cosas rápidamente y evitando el contacto visual con el sujeto con el que uno acaba de perder la paciencia, y lo infaltable, el portazo del final.
Uno, sin embargo se siente muy bien consigo mismo cuando hace estas cosas, adentro está pensando "uuu que enojado que estoy, estoy haciendo que el otro lo piense dos veces antes de enojarme otra vez", y puede ser que el otro piense así.
Pero, un aviso, cuando lo hagas, no te olvides de sacar las llaves del lado de adentro, porque vas a tener que volver a abrir la puerta para sacarlas, y hagas lo que hagas no las tires para cualquier lado y vuelvas a dar un portazo, y si has tenido la mala suerte de que te hayan pasado las dos últimas, por favor, no vuelvas a entrar para recoger las llaves del suelo y tirarlas a la mesa y volver a cerrar de un portazo. Y si después la puerta no tranca al primer intento, y todavía quieres que la persona siga un poco preocupada por tu enojo, no estés 5 minutos tratando de cerrar la puerta.
Porque si es así, el otro no va a tener más remedio que empezar a reírse, y el otro no quiere eso. Y vos no querés eso. Y las llaves no quieren eso. Y la puerta, que tampoco quería eso, sufre el portazo final.
18 comentarios:
Y si se llega a reir, tirale las llaves por la cabeza y decile con mirada de hielo:
- "Sabés lo qué? No tengo ganas de cerrar la puerta así que cerrá vos, pelotudo"...
Jajajaja, nunca hago eso, por lo general soy el boludo que se queda sentado viendo el portazo y que luego de ese suceso de hechos se caga de la risa, aunque debo admitir que nunca me ha pasado lo de las llaves, pero si cosas parecidas.
Saludos
Jeje!
A mí más de una vez he tenido que tragarme el orgullo y volver a por algo que me había olvidado después de gritar un teatral Hasta nunca más!...
Es uno de los momentos más incómodos que uno puede sufrir.
Y lo de sufrir no es metafórico...
Jojoo, como encara estar enojajado con alguien! La mejor parte es cuando te vienen a pedir perdón, pero no está bueno cuando ni se enteran que te enojaste... y te hablan como si nada.
Me gusto tu blog,
saludos,
Habichuela
Cuando estoy enojadoi con alguien ni me acuerdo de las llaves
Sí, estoy de acuerdo la mayor parte del tiempo. Volví a las canchas y no es para menos. Aguante el mondongo y el libre albedrío, el doble cero tendría que ser fucsia.
He tenido que ir al blog del sr.Biribundingui con la esperanza de entender su comentario... pero nada de nada.
Lo del doble cero y el fucsia me deja desconcertadito... :D
Si me pasara creo que me reiría también y cagaría todo el teatro.
muy buen texto.
yo creo que conviene mantener un silencio budista, y dejar que el pobre tipo hable hasta que se sienta francamente ridiculizado.
una vez di un portazo y rompi un espejo...
lo mejor fue que me eso me saco en enojo, me entre a cagar de risa...sirvió. ta depués tuve que comprar otro espejo, xo eso no importa...
yo fui la parte recibidora de enojo, es muy difícil que yo me enoje.
lo del doble cero fucsia es por la ruleta, si el doble cero fuera fucsia pagaría los dos colores, y no sería de la banca.
yo una vez me pegué contra una puerta de vidrio, ¿cuenta?
jajaja, muy bueno. aunq yo no tengo q preocuparme x las cosas q señalás ahí...no puedo dar portazos como la gente, me siento culpable después x dramatizar en exceso mi bronca :P. saludos
Cheee... marquitos en mi blog dejó dicho que el doble cero era amarillo, no fucsia. Ese muchacho ta chupando sapos abiertamente, jajaja.
Y lo del portazo, me pasó con una puerta que tenía vidrio, se rajó todo el vidrio del portazo. Je.
Un abrazo.
no peor lo que le paso a una amiga mia, estaba en casa ajena y se embolo con el dueño de casa y grito hizo una escena y se fue muyu enojada ella hacia la puerta pero era un edificio y el dueño tuvo que bajar a abrirle.
no me quiero imaginar lo incomodo del silencio de ese ascensor.
moraleja:nunca te hagas la loca si no podes irte sin que te abra la persona a la que le gritas como enferma.
Una vez grité tantos disparates que me empecé a reír sola (ta, era muy chica) pero estuvo bueno porque al final nos terminamos riendo todos y se pasó la bronca.
una vez, a los ocho años, mi flia me hablaba toda a la vez, y al final, desquiciadamente les grité
-¿me pueden dejar en paz?
hasta el día de hoy se burlan de mí.
Me acabo de dar cuenta de que el tipo tiene la boca abierta
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