Adaptaciones

Hola, me dicen el capitanga.
Arranqué hace ya 25 años en esto de la animación de despedidas de soltero femeninas. Esos primeros tiempos no lo hacía por la plata, sino por la satisfacción de haber traído a flote los peores deseos en la homenajeada, pero principalmente de las amigas, si saben a lo que me refiero.
Mi acto era sencillo. Aparecía en uno de los lados del salón vestido como capitán al compás de "la bamba" y empezaba mis diversos bailes. Para cuando el tema terminaba sólo vestía una corbata de moño y mi tanga leopardo (ahí lo de capi-tanga).
Cuando tenía 25 ya podía pagar el apartamento, el auto, y muchas comodidades solo trabajando un par de veces por semana. Pero lo mejor eran las chicas, las amigas solteras de la novia que sienten como que se le va pasando la hora y necesitan probar que siguen siendo jóvenes y capaces de seducir a un espécimen de mi calaña. Yo las dejaba.
Al ir pasando los años, una vida de fiesta constante empezó a hacer sus estragos. El 98% de mi dieta sólida estaba compuesta por olímpicos, pebetes, francesitos, torta(de la que ocasionalmente salía) y crema batida. Empecé a llevar al apartamento a la amiga no muy linda pero con actitud, a la prima lejana, a la conocida que se había invitado sola, a la moza que le faltaba una pierna. Pero mi punto más bajo fue cuando llevé a la casa de mamá (porque el apartamento y el auto me los habían sacado) a otra bailarina exótica que estaba trabajando en el mismo bar. Se hacía llamar Yoselin. Después de vomitar en prácticamente todas las superficies, llamar al 16 para putear a la señora que dice la hora porque supuestamente era una especie de lagarto extraterrestre que quería conquistar al mundo desde el teléfono, perseguir a mi pobre madre con una aspiradora creyendo que era un ratón gigante, descubrí que no tenía preservativos y la tuve que mandar por donde había venido.
Ahí tomé la decisión de adaptarme, el entretenimiento de despedidas de soltero es mi verdadera vocación, y el que sea pelado, de 45 años (mal llevados), pese 180 kilos y no se note que llevo tanga porque la grasa de al rededor la cubre por completo, no va a cambiarlo.
Ahora soy cantante tropical. Mi último éxito "ponele un sello a esa cola y mandamela por correo oficial" está primera en muchos rankings, e incluso me está abriendo el mercado para otros eventos.
Y bueno, uno se rescata.