domingo, 22 de abril de 2007

Trineo (3 de 3)- El infierno de Trineo

Cuando recuperó el conocimiento se encontraba en una sala grande muy mal iluminada y decorada con tapices enormes.

Dado el nombre del capítulo ya todos sabemos donde se encuentra. Trineo está en el infierno. Ahora, esporádico lector, cuál será la visón del infierno que plagiaré hoy.
¿Será acaso una tremenda ironía donde Trineo tiene que terminar haciendo exactamente lo que hacía en la vida real?
¿Será un infierno con mensaje como aquel infierno en el que había un montón de arroz muy lejos y todos tenían unos tenedores muy largos pero al final se les caía el arroz antes de llegar a la boca y que el cielo era igual solo que en vez de cada uno tratar de comer su propio arroz se lo daban al del costado?
¿Será este acaso un infierno digno de "el abogado del diablo" donde a Trineo le ofrezcan una proposición en la que se beneficiaría económicamente incluso estando muerto?
¿Será un lugar lleno de fuego y demonios cachetones que lo pinchan a uno cuando está muy tranquilo quemándose?
¿Será un lugar donde no pasa nada y uno sufre del aburrimiento?
¿Será un lugar en el que tiene que escucharme a mi tirar teorías sobre el infierno?

Mientras el autor tenía todo este debacle interno sobre como castigar a el pobre Trineo este llegó a una puerta. Tocó. Pero nadie contestó. Nadie iba a contestar nunca...

Ese sería un modo siniestro de terminar el cuento. Pero ese no es el final...
Ahora ese sería un modo abierto de terminar el cuento.

Después de esperar pacientemente unos minutos trineo trató de abrir la puerta. Estaba abierta. Del otro lado había un prado que parecía infinito cubierto por una enorme cúpula Extrañamente estaba muy bien iluminado por una fuente desconocida. Divisó un aljive en el medio del prado donde había una pequeña elevación. No podía creerlo. Trineo se encontraba en cerro ñato. Tenía que ser. Ese aljive estaría lleno de revistas Condorito. No pudiendo resistir la tentación de tantos "plop!" y "exijo una explicación" Trineo se larga a correr.
Se dió cuenta que no estaba solo, algo se movía furtivamente en la lejanía. Pero a él no le importaba. Llegó a la misma boca del aljive.

En ese momento yo, que era el ser furtivo me acerco.

- No está funcionando Trineo
- ¡Pero puedo cambiar! Ya se que no has podido decir muy buenos chistes ni demostrar ningún punto interesante a mis expensas... pero no irás a destruirme...¡VOS ME CREASTE!
- Y por eso tengo que tener la sensatez de decirte que no está funcionando, Trineo, Mirá si estaré desesperado que tuve que entrar yo en el cuento porque no tengo manera convincente de terminarlo, no es nada personal. Solo fue un experimento que no funcionó. Me apena que sea así pero es la verdad. Aparte sabías que solo ibas a vivir tres capítulos. Lo siento.

Trineo estaba a punto de protestar, pero le dí la espalda. Quedó ahí cabizbajo mientras la luz que iluminaba el prado se iba desvaneciendo. Llegué a la puerta y la cerré con llave. Ahora sí Trineo había muerto.

18 comentarios:

chicosoquete dijo...

POR FIN!

tan versátil como acústica dijo...

Ese no es un comentario válido. Estoy indecisa entre comentar algo sobre las pastillas trineo, que desaparecieron en todos lados menos en piriápolis, y algo sobre mis especulaciones sobre el infierno.

chicosoquete dijo...

No es un "por fin" de "como lo estaba esperando" es un "por fin" de "tengo que sacarme a trineo de arriba YA".
No estoy familiarizado con las pastillas trineo.
Y especulaciones sobre el infierno son siempre bienvenidas. Como habrás visto no pude encontrar ninguna que me satisfaga.

tan versátil como acústica dijo...

bueno, lo del infierno es demasiado grande. descubrí las pastillas trineo una vez que pasamos con mi hermana a buscar a mi abuela por el hotel argentino, estaba tomando un café con una amiga. y su charla me aburría, y fui a comprar caramelos y tal vez una revista al kiosko, y allí estaban las trineo. en varios gustos.

chicosoquete dijo...

deben ser de esas cosas argentinas que estan en piriapolis para que los argentinos no se den cuenta de que están en otro país más que porque subconcientemente las cosas parecen 10 veces más caras

tan versátil como acústica dijo...

yo no sé qué clase de argentino viene a uruguay, para ir a piriapolis, y va al hotel argentino. hay gente para todo.

Federico dijo...

Si me preguntan

yo no he visto nada

espero que haya hecho desaparecer el arma

igual.....yo no estaría tan seguro

Dayh dijo...

No entiendo!!! Porque tuvo que irse al infierno? POR QUé???? Pobre trineo

chicosoquete dijo...

Había vendido su alma para entraren la compañía de ómnibus.

No hubo arma, mas que mi apellido.
Pero estate seguro.

El Argentino Hotel se veía deprimente por fuera y Whisky me mostró que era deprimente por dentro también. Los argentinos que lo visitan quieren sentirse más en casa. Los desconciertan tantos termos de metal.

tan versátil como acústica dijo...

pero peor es el conrad, con esa pretensión maiamesca. tristísimo.

chicosoquete dijo...

Lo que jode más que nada son las falsas ilusiones de grandeza. Como en algún momento me empezó a pasar con malapraxis. Por suerte me curé.

tan versátil como acústica dijo...

si te crecieron palmeras del pecho y luces de colores, estuviste a un paso de convertirte en lo que yo llamaría un conrad.

chicosoquete dijo...

Incluso vinieron artistas internacionales y cobraron entradas exorbitantes para sus espectáculos.

tan versátil como acústica dijo...

pero, ¿se pelearon eliana guercio y ximena capristo sobre tu casino?

chicosoquete dijo...

No fui informado, pero fue una época muy loca

Facundo dijo...

me cage de la risa. Te digo algo: prefiero el infierno dantesco. Me lo esperaba, luego de descubrir que eras alumno de la Patrón. Pèro igual. Prefiero las revistas de la Ed. Columbia (que en paz descanse) o las Patoruzú antes de las Condorito. Deci la verdad: los chistes no son graciosos. Me di cuenta que los repite de vez en cuando cambiando formas de decirlo. Ademas, aprobecho para comentarte sobre la infancia de Trineo:

Facundo dijo...

me gusto eso de las patas de cabra y risa maléfica

Anónimo dijo...

Me recuerda un libro de Unamuno en el que é hablaba con sus personajes... o la Muerte de Holmes a manos (y pluma) de Conan Doyle...

Ahora sí Trineo había muerto.

POR FIN!


Jejejeje!