Crédulo

Querido Lord Bornisworth:

Disculpe si evito las formalidades pertinentes a un intercambio epistolar civilizado pero me urge llamarle la atención rápidamente sobre un párrafo de su última comunicación, lo transcribiré a continuación:

Las cosas en el castillo marchan bien, estoy muy contento al descubrir que el nuevo jardinero se interesa en otras disciplinas. No hace una semana que lo encontré en el closet donde la mucama lo ayudaba a encontrar un plumero, incluso con la luz apagada para que no repercutiera en la economía del castillo. Más tarde lo encontré haciendo buenas migas con el cocinero, ambos acababan de terminar de pisar las uvas de nuestro viñedo familiar y se estaban cambiando en la cocina para no ensuciar el resto de la casa. Pero el broche de oro fue cómo ayudó a mi mayordomo a cocer frente de su pantalón muy rápidamente para que pudiera seguir atendiendo a los invitados lo más rápido posible estando bien presentable, tanto así que ni yo noté que su pantalón había estado descocido. Es un buen muchacho, muy nervioso eso sí, pega un salto cada vez que entro a una habitación y lo encuentro haciendo estos actos de entrega desinteresada por su amo. He llegado a tenerle mucho afecto. Mi hija no ha dejado de hablar de él desde que llegó, es que es un ser tan trabajador que da gusto tenerlo.

Por favor tómese el trabajo de leer esto intentando desvincularse de sus ideas personales sobre el asunto. Me temo que ha sido engañado repetidamente por este sujeto. No puedo creer que no se haya dado cuenta usted mismo, las señales son sumamente claras. De igual manera no lo culpo, sé lo difícil que puede ser la vida para nosotros los de sangre azul, preocupados por asuntos de mundial importancia y dejamos que en nuestras narices sucedan las aberraciones más grandes.
Perdone el lenguaje que utilizaré a continuación pero soy afín de no andar con indirectas para no arriesgar el no ser completamente entendido y que esta situación desagradable siga transcurriendo bajo su inocente techo.
Su jardinero quiere formar un sindicato.
Las señales son perfectamente obvias, reuniones individuales secretas con el resto de los empleados de la casa, trabajando más allá de lo que se espera de él, ayudando a otros a desempeñarse mejor en sus trabajos. Incluso su hija, que a pesar de ser sangre de su sangre siempre ha tenido ideas tan revolucionarias y contradictorias con su nobleza ha estado escuchándolo.
Le aconsejo que tome medidas inmediatas y definitivas.
Sin otra particular se despide muy afectuosamente,

Lord Gorneham.

P.D.: Muy buena su elección de artículos fálicos no tradicionales para el intercambio grupal de orgasmos del sábado pasado, y los delfines deben haber sido muy difíciles de conseguir, me pregunto si les habremos ocasionado problemas para respirar, pobres y sexuales animalitos. En fin, te comento que la próxima reunión yo seré el anfitrión y estoy manejando un par de ideas que no adelantaré para no arruinar la sorpresa. lo que si le diré es que vaya consiguiendo látigos de varias puntas, y a ver si convence a su hija de acompañarnos la que viene que seguro se va a divertir. Saludos nuevamente.