miércoles, 22 de setiembre de 2010

Embarazoso

La gente se enoja por muchas cosas. Es posible argumentar que sobre cualquier cosa que se nos pueda ocurrir hay alguien que tiene una opinión fuerte y tajante tomada sobre eso mismo. Dentro de esa infinidad de cosas hay otro infinito (más chiquito, pero infinito al fin, hagan el diagrama de venn) reservado para la gente que se indigna o incomoda sobre cosas relacionadas al sexo.

Hay gente que le parece inadecuado hablar de sexo, hacer referencia al sexo, admitir que le gusta el sexo, que tiene sexo, que piensa en sexo, que gran parte de las decisiones que toma en la vida las toma por un impulso sexual básico. Imagino que un impulso tan básico e íntimo queremos guardarlo del exterior. Lo entiendo, a mi tampoco me gustaría que mis enemigos supieran que en invierno le pongo una bufanda de lana tejida a mano a mi pene para que no pase frío cuando tengo sexo en el automac de 8 de octubre. No se preocupen, estoy casi seguro que mis enemigos no leen esto.

Muchos de los representantes de ese grupo de gente, sin embargo, se enternecen al ver a una mujer embarazada, probablemente pensando en el niño que está por venir, en el circulo de la vida, en Elton John, en que ahora solo le queda plantar el árbol y escribir el libro, en que para mi que ese dicho lo inventó un escritor, porque no tanta gente escribe un libro antes de morirse, que tendría que cambiarse por "leer un libro", ahí sería más accesible, o mejor, comprar un libro, dado que lo monetario no está contemplado en las tres cosas y es algo que uno tiene que hacer antes de morir. Piensan en esas cosas y no piensan en que tuvo que haber Snus Snus para esa concepción.

Por eso, para compensar, yo siempre que veo una mujer embarazada por la calle, en lugar de imaginar el nacimiento, imagino la concepción, si fue después de una cena romántica con velas, o en el corte de tinelli la semana del caño. Si fue un embarazo planeado o el aburrimiento en una visita a la abuela que está medio sorda y que como es de parado probablemente no necesitemos condón. Si fue lento o rápido, si los vecinos de abajo golpearon con la escoba, si justo en la mitad un niño entró al cuarto porque tenía una pesadilla con un taladro gigante, si la tipa dejó de tomar la pastilla para hacer caer al tipo, si el tipo pinchó los condones, si fue durante un trío y ahora no saben bien de quién es, si el acto era una infidelidad, y así mil, dependiendo de mi inventiva de ese día, por lo que generalmente es "haha, a esa tipa la cogieron".

Mi objetivo es que en el futuro sea tan mal visto una mujer embarazada que subirse al ómnibus con un preservativo enganchado en la bragueta, y así terminar con la caja "prioridad futuras mamás" de una vez por todas. La injusticia terminó.

3 comentarios:

Patty dijo...

Eh... ahora voy a ver a las mujeres de embarazadas de otra forma... ¿Gracias?

Ceci Fernandez dijo...

Me pasa lo mismo!!!
Ahora no me siento tan sola!
Genial el post.
Saludos =)

Anónimo dijo...

Lo que puede lograr el punto de vista.

Con respecto a lo de escribir el libro y tener un hijo, para algunos de nosotros resulta mucho más fácil lo primero que lo segundo. Si vamos a terminar con las ideas pre"concebidas" (y seguimos con el tema), hagámoslo bien.

¡Besos!