Joaquín es nombre de fantasma

Estaba de fiesta.
Una casa construida sobre un viejo lugar de sacrificio ritual de vírgenes amish. Como era de esperar la casa estaba poblada de fantasmas de vírgenes amish muy enojadas por estar atrapadas en el mundo de los vivos y canalizaban su enojo exprimiendo todos los jugos vitales de un servidor, que por otra parte no se quejaba en lo más mínimo. Si no fuera por lo que pasó después lo recomendaría en todas las fiestas, no hay nada como una vida de castidad y de renuncia a la tecnología sin las posteriores recompensas celestiales para volver a un fantasmita inocente en una máquina sexual totalmente equipada.
Así me encontraba, sirviendo de vehículo de protesta para 12 entes ectoplasmáticos hasta que Chastity, la más depravada de todas apareció una noche en mi cuarto. Yo ya estaba vendado y atado a la cama, lo cual era totalmente innecesario porque ella podía elegir desaparecer y mantenerme inmovilizado, pero que le vamo a hacer, soy chapado a la antigua.

-Tenemos que hablar.- me dijo
-Para hablar está la gente, ¿No querés mostrarle al barbeta de arriba lo enojada que estás por no dejarte entrar?
-Es importante.- insistió
- Ya te dije que sos mi favorita, aunque Christianity no se opone a los grupos, vos sos mucho mejor
-Estoy embarazada.- Dijo finalmente

Quedé shockeado. No tenía idea que un fantasma pudiera quedar embarazado, al parecer es un error bastante común en el imaginario colectivo, uno disfruta del momento sin conocer las posibles consecuencias.
Investigando un poco más descubrí que me podía haber agarrado cualquier cosa. Las ETSF (enfermedades de transmisión sexual fantasmales) van desde ladillones de ultratumba hasta el temible Síndrome de Gasparín.
Hay grupos totalitarios como los Cazafantasmas que pregonan que la única solución es evitar totalmente el contacto con fantasmas, pero todo se puede resolver si insistes en que tu difunto compañero use siempre la sábana con agujeros para los ojos.
Yo tuve suerte, Joaquín es hoy un fantasmita sano y jugetón, con Chastity somos una pareja muy feliz y ya estamos planeando el segundo. Pero generalmente no es así. Así que ya sabes, aunque sea el fantasma de la mismísima Helena de Troya... no olvides la sábana!