"abrefácil" o "historia de una mentira"

Juana Abrefácil era conocida en varios círculos como una chica fácil. Digo "en varios" para no decir en todos. Y "chica fácil" para no decir re puta.

Su fama iba desde las viejas que barren hojas en la puerta de la casa mientras llenan cada vacío de la conversación con "que horrible", hasta los viejos en el bar que intercalan tetas y culos con cerveza de manera casi malabarística.

Nadie sospechaba que todo era una farsa. Juana Abrefácil no existía. Claro que había salido a veces en la tele, y en revistas de chimentos, e incluso estaban los que juraban haberse acostado con ellas en incontables ocasiones. Todo humo y espejos de colores. Juana era de mentira. Una mentira del estado para mantener a todos hablando de cosas frívolas y no de lo que importaba. Que el presidente se había hecho las tetas.